árboles con espinas


Me impulsa a seguir, a gritar, a decir, a mirar.
Me lleva a averiguar, creer y reir. Me obliga a llorar, dejar, oscurecer y también a correr muy rápido (tan rápido que se me cansan las piernas y a veces me caigo). Me enseña a esperar y a exigir. Cada tanto me da calor en invierno y me protege, y a veces me culpa por cantar. Es quien no está pero se mantiene dentro de mi iris, tan adentro, y cuando es de noche no le importa dejar las ventanas abiertas.
Jazmín-