accesos de bronca por desvariar un mundo socialista del siglo pasado, con años de votar discursos sin más.
el café se enfría.

Anexo 1

Las manos nunca envejecen al tacto, y los suspiros que me arrancás me calman un poco la sed. 
Me curan la impotencia en impotencia del tacto de tu voz. En ella me enredo.
no es que no me gustes, no es que esté cansada, no es que no te quiera ni ver. no es que esté aburrida.

automática

Si que bajamos y piscuchamos que cuando el ave que mira tu carne que cae cual campo de flores marchitas y reconozco en tu ser un camino de caras que sienten placer de que caiga. Si las cosas cubren el movimiento de tus piernas que se alargan marcadas sin mirarme, mis labios que se muerden tan rojos en mi cabeza, perdí cuando el hospital caía y las carnes, las carnes en el hospital me miraban y yo espero aún que entres y digas Jazmín, vamonos de acá. Y el chaleco vuela cae sobre las carnes mutiladas de atardecer brillante como la tinta de la pluma que corre. Así corrimos nosotros la última vez.